No todas las ideas son invertibles…¡y no pasa nada!
¿Es mi idea invertible?
Cuanto antes nos respondamos a esta pregunta, antes sabremos si nuestra idea se ajusta a los estándares establecidos para invertir en ella y, en caso de que no fuese invertible, antes dejaremos de perder tiempo y dinero en empeñarnos en encontrar inversores; nos chocaremos constantemente con la misma respuesta “no”.
Vamos a ver que condiciones mínimas ha de reunir una idea para que sea considerada como invertible por un business angel o una sociedad de capital riesgo.
Ahora bien, si tu idea no resulta atractiva para el ecosistema inversor, no quiere decir que sea una mala idea, que no sea rentable o que no pueda tener éxito. Simplemente no reunirá los requisitos de crecimiento rápido y escalable para que resulte atractiva para este tipo de inversores.
Por tanto, depende mucho más del tipo de inversor al que nos dirigimos que de nuestra propia idea. El modelo de negocio de nuestra idea ya lo conocemos; ahora toca entender el modelo de negocio de los inversores y esto nos dará la ansiada respuesta de si mi idea es o no invertible.
Centrémonos pues en conocer el criterio estadístico y financiero por el que se invierte en el ecosistema “startupero” y que básicamente tiene en consideración dos aspectos:
- La tasa de retorno que obtendrá sobre su inversión (TIR)
- El ratio de éxito de las startups en las que invierte.
Básicamente un inversor gestiona su riesgo invirtiendo en muchas startups y aspira a que el retorno que obtenga de aquella que tenga éxito compense el resto que fracasan.
Es aquí donde entra que ideas que tengan un crecimiento lento y no escalable ofrecen una tasa de retorno baja que, aún siendo rentable, no compensan al resto de ideas fallidas en las que invierte el inversor. Es decir, no es una idea invertible.
Cada inversor establece una tasa de retorno mínima por debajo de la cual no considera que una idea sea invertible para él. Para entenderlo supongamos un ratio de éxito de ideas que suele situarse en 1:20 y 1:10, es decir, 1 de cada 20 o cada 10 ideas triunfará y esta ha de compensar las pérdidas de las otras 19 u otras 10 que fracasarán y además dejar la rentabilidad que espera el inversor. ¡Esto es así!
Si metemos en la ecuación que un inversor espera multiplicar su inversión X10 entre 2-4 años, una idea ha de ofrecer a un inversor una tasa de retorno entre 70%-170% para una salida del inversor (exit) en 4 años.
Como ves el intervalo en que se mueve la tasa de retorno es amplio y puede serlo aún más en función de los objetivos de cada inversor. De ahí que sea muy importante seleccionar bien a qué tipo de inversor queremos dirigirnos, pues será totalmente inútil dirigirnos a aquellos cuyos objetivos no estén alineados con el crecimiento de nuestra idea. En este sentido, y como norma general, ten en cuenta que: a) cuanto menor sea la tasa de retorno media del portfolio que espera obtener un inversor; b) y cuanto mejor sea el ratio de éxito de las startups en las que invierte; tendrá mayor disposición a invertir en ideas de crecimiento más lento.
Sabiendo esto ya puedes responder a la pregunta que planteábamos inicialmente y determinar si merece la pena invertir tu tiempo en buscar este tipo de inversores o, directamente, has de buscar financiación fuera de este ecosistema. ¡Y no pasa nada!
Y es ahora cuando llega la pregunta del millón ¿a qué otras alternativas de financiación puedo recurrir?
- Si ya tienes tracción económica (estás facturando todos los meses) acudir a los préstamos bancarios puede ser una buena alternativa. Una ventaja nada baladí es que los bancos dan total libertad para manejar el capital prestado.
- Buscar una asociación estratégica (joint-venture) con un inversor industrial, otra empresa que crea en tu idea y estuviera interesado en participar del crecimiento de tu empresa.
- Por último, pero no por ello menos importante, hoy en día contamos con multitud de ayudas, premios y subvenciones (a nivel locales, comunitarios, estatal y europeo) y que pueden venirnos muy bien para las fases tempranas en que se encuentran nuestras ideas cuando hay pocos dispuestos a apostar por ella. Eso sí, cursa la solicitud hoy mismo ya que suelen tener un período de adjudicación elevado de entre 6 y 12 meses.
Como decimos los artistas, ¡Mucha mierda!