Innovar en procesos: Más allá de la tecnología
Vivimos en un entorno de cambios constantes, acelerados e inciertos. Los períodos de tiempo en los que ocurre algo que nos hace replantearnos la forma de hacer las cosas son más cortos, especialmente si hablamos de innovación tecnológica y en consecuencia, exige un gran esfuerzo en innovación.
No siempre fue así, pasaba más tiempo, décadas o siglos, para que un evento fuese lo suficientemente relevante para generar un cambio sustancial. Las empresas lograban crecer en un entorno relativamente estable donde encontraban seguridad.
En un hecho que la innovación tecnológica está propiciando saltos exponenciales que permiten que las empresas de base tecnológica puedan estar alcanzando valoraciones muy por encima de las empresas “tradicionales” en mucho menos tiempo.
Debido a esto, las empresas tienen que prepararse para seguir siendo relevantes para el mercado y el usuario, porque de lo contrario desaparecerán.
Innovación de procesos: Saber dónde centrar la atención
Podemos observar que la mayor parte de empresas que deciden abordar el reto, están trabajando en la innovación incremental y de productos existentes o en la innovación en eficiencia y de procesos.
En este caso el objetivo es claro, mejorar productos o servicios a través de funcionalidades que permitan crear nuevas maneras de hacer las cosas para ser más eficientes y mejorar la rentabilidad y la experiencia del cliente.
En el caso de la innovación de procesos, puede ser aún más importante porque está vinculada con las posibilidades que nos facilita la innovación tecnológica emergente, con el objetivo que comparten las compañías de transformación y adaptación.
Esa transformación se buscaría tanto fuera, en el mercado para desarrollar productos y servicios centrados en el cliente, como dentro de la propia empresa. O lo que es lo mismo, crear un nuevo modelo de gestión que permita a la organización ser más ágil y eficiente.
Las empresas implantan nuevas metodologías de trabajo enmarcadas en la innovación de procesos. Por un lado, el cliente siempre está en el centro (design thinking, service design,..) y, por otro, se persigue agilidad y eficiencia ( Agile, Scrum, Lean Startup,..)
Innovación de procesos: La colaboración es la clave
Las metodologías de trabajo mencionadas tienen en común que se centran en el trabajo colaborativo. Debemos sacar el máximo partido de todas las posibilidades que nos brinda la tecnología para innovar en los procesos y que este sea clave, el trabajo colaborativo, es motor de transformación cultural en las empresas en lugar de uno de los grandes frenos al proceso transformador, ya sea porque las personas no quieren o no saben colaborar.
Como ocurre en otros casos, al preguntar dentro o fuera del comité de dirección, si les parece importante colaborar entre departamentos, casi el 100% responderá afirmativamente. Sin embargo, la realidad es que cuesta mucho que las personas colaboren fuera de su propia área.
A veces porque no quieren, por ejemplo, los objetivos entre departamentos son radicalmente distintos: Ayudar a aumentar las ventas a través del ecommerce, perjudica y penaliza a la venta en tienda física.
También se puede deber a la falta formación en el trabajo colaborativo o que no hayan los medios para poder hacerlo. En el primer caso, habrá que poner el foco en sensibilizar, formar y poner en práctica.
Cuando hablamos de medios, las soluciones en cloud, nos ofrece múltiples alternativas que permiten cambiar la forma de trabajar en diferentes áreas, por ejemplo:
Comunicación (Slack, Skype, Zoom, Teams...)
Almacenaje compartido (SharePoint, Onedrive, Google Drive,..),
Trabajo en tiempo real para todo el equipo con el mismo documento y versión ( Office 365º, Google Workspace,..)
Gestión de proyectos (Trello, Office Planner,…) para conocer, cómo se distribuyen las tareas, quién las ejecuta y en qué estado se encuentran.
Estas tecnologías y metodologías contribuyen a que innovemos en los procesos. No es suficiente quedarnos en la solución, por ejemplo, con Google Drive todos podemos trabajar sobre el mismo documento reduciendo el número de versiones del mismo y la posibilidad de cometer errores…pero tenemos que generar un proceso nuevo que le dé sentido más allá de la propia herramienta, porque si trabajamos sobre el mismo proceso que teníamos, estaremos anulando el valor real de la solución y a nuestro equipo le costará mucho más ver el valor real del cambio.
La clave de la innovación, no es, por tanto, introducir herramientas sin más. Para conseguir que sea un éxito debemos lograr que las personas vean el objetivo, entiendan la necesidad y perciban los beneficios de esa forma de trabajar y cómo conseguirá mejores resultados siendo más eficientes.
En definitiva, ser una empresa innovadora y seguir siendo relevantes en momentos de cambio acelerado, constante e incierto, tendremos que innovar en producto y servicio, pero tendremos que poner foco también en innovar en la forma de comunicar y en la forma de adaptar los procesos a la nueva realidad.