Emprender solo o con socios. La importancia del pacto de socios.
A la hora de empezar un proyecto empresarial hay que saber distinguir entre socios, colaboradores y aliados. Esto puede marcar la diferencia entre un proyecto sólido o un desastre en potencia.
– Empresario Individual
Emprender en solitario evita tener que llegar a acuerdos con el resto de socios, evita conflictos típicos por discrepancias de opiniones y agiliza la toma de decisiones. Eso sí, de la misma manera que evita discusiones, evita también el poder compartir y tomar decisiones con alguien más.
Todo depende solo de una persona y de su buen criterio, y este emprendedor puede llegar a sentirse solo ante estas situaciones.
– Sociedades Mercantiles
Cuando se emprende en compañía es totalmente diferente, no por ello mejor o peor que en solitario, pero sus características son particulares. Todo el camino se recorre acompañado, se comparten vivencias, alegrías y decepciones y todo parece mucho más llevadero.
Pero, como en toda relación entre personas, es importante elegir bien este compañero de viaje. Esta decisión marcará el futuro de los socios y de la empresa. Al ser una decisión importante es primordial hacer un buen estudio, determinando puntos a favor y en contra de este futuro socio.
Igual que crear una sociedad es una decisión pasional, a la hora de elegir un socio también solemos dejarnos llevar por nuestro corazón y no por nuestra cabeza. Solemos elegir como primeras opciones personas de nuestro entorno con las que nos sentimos cómodos, amistades o familiares, ya que pensamos que con ellos todo será más fácil. Puede ser que sí, pero estas personas también tienen que reunir una serie de características extra: Tienen que aportar valor a la empresa (capacidad, experiencia, conocimientos técnicos,…). Asimismo deben ser complementarios a nosotros con la finalidad de hacer un equipo más completo y fuerte, y se debe poder mantener con ellos una relación a largo plazo.
– Diferencias entre socio, colaborador y aliado
El socio como ya hemos dicho es la persona clave que tienes que elegir con cuidado y objetividad. Tenéis que compartir la visión, el compromiso y la determinación, aportando un valor claro a la empresa, lo recomendable es que en una startup no haya muchos socios, cuatro sería un máximo adecuado.
Por su parte la figura del colaborador se definiría en caso de ser una persona, como un profesional que aporta un valor sustancial a tu proyecto pero su desempeño bien por ser puntual o limitado es preferible que sea compensado económicamente por ello, aquí entramos en diferentes formas de remuneración, ya que una startup suele buscar contener al máximo sus gastos fijos, por lo que es habitual utilizar fórmulas de remuneración basadas en una cantidad fija baja y un variable que puede estar sujeto a participación en beneficios o al valor de la compañía en un momento dado a través por ejemplo de phantom shares.
En cuanto a los aliados, estratégicos o puntuales, básicamente lo que buscamos es una relación Win-Win, donde el valor que podemos aportar se equipara al que recibimos de ese aliado.
Pese a todo esto, nada garantiza lo que sucederá en el futuro ya que igual que las empresas, las personas también evolucionamos. Para poner unas reglas básicas entre los socios de la empresa es preceptivo tener una idea de cómo va a ser la relación entre los socios y regularla (establecer el reparto de poder, el reparto de beneficios, la toma de decisiones,…).
– Pacto de socios
La mejor manera de instrumentarlo es elaborando un pacto de socios. Un acuerdo que guiará la relación entre las personas que integran la sociedad y que asegurará el buen funcionamiento de ésta, ya que la sociedad son personas y sin éstas, ni la empresa ni el proyecto podrían salir adelante.
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